De hecho, se trata de una especie de caldera de combustible sólido, pero diseñada para un determinado tipo de combustible (pellets) y con posibilidad de automatización total o parcial del proceso de trabajo. Tienen una mayor eficiencia (coeficiente de rendimiento), tanto por las características de los pellets como por las características de diseño.
Las calderas de pellets pueden ser altamente especializadas, diseñadas solo para pellets, y combinadas (universales), capaces de funcionar con madera o carbón, algunos modelos funcionan con casi cualquier biomasa, cáscara, desechos de madera y similares que se pueden usar como combustible.
Pellets, o pellets de madera
Es combustible ambientalmente neutro, obtenido principalmente de desechos de la industria de procesamiento de madera (astillas, virutas, corteza), pero también pueden provenir de desechos agrícolas. Los pellets aparecieron en los años treinta del siglo pasado, cuando se inventó y probó en Idaho la primera planta para prensar residuos de aserraderos locales.
Bajo una fuerte presión, la materia prima se calienta, lo que provoca la formación de lignina, que une las partículas más pequeñas en gránulos densos y suaves. Esto le permite abandonar el uso de productos químicos: los pellets son un combustible completamente natural y ecológicamente seguro. El diámetro de los gránulos varía entre 6-8 mm, la longitud, hasta 50 mm.
La calidad de los pellets, de la que dependerá tanto la eficiencia de la caldera como su rendimiento, se determina visualmente: el blanco es mejor que el gris. A diferencia de la madera, los pellets tienen un menor contenido de humedad y una mayor densidad, por lo que se libera más calor y una cantidad mínima de dióxido de carbono durante la combustión.
Si traducimos esta propiedad en números, a modo de comparación, obtenemos la siguiente proporción: al quemar una tonelada de pellets, se liberará la misma cantidad de calor que al quemar 1,6 toneladas de leña. El contenido de cenizas será solo el 0,5% del volumen quemado y los gases de combustión emitidos serán incoloros.
Dispositivo de la unidad
La caldera de pellets en sí consta de tres unidades principales:
- Horno: equipado con un quemador especial (retorta o antorcha) y dos puertas (control, limpieza).
- Zona convectiva: en ella se encuentra un intercambiador de calor: puede ser vertical, horizontal o combinado, tubular o tipo placa. En la zona convectiva, el agente calefactor del intercambiador de calor se calienta mediante los gases liberados durante la combustión de los pellets. La mayoría de las unidades están diseñadas solo para calefacción y tienen un circuito, pero en algunos modelos, dos circuitos: calefacción y calentamiento de agua.
- Cenicero: recibe residuos de combustión (insignificantes con postcombustión normal), que se eliminan periódicamente a través de la puerta de limpieza.
Sin embargo, las unidades enumeradas son, aunque son las principales, pero solo una parte, para cuyo funcionamiento se requiere un accesorio APT (suministro automático de combustible).
Incluye los siguientes componentes:
- Búnker: un contenedor para pellets de un cierto volumen, desde el cual los pellets ingresan al horno, puede ser incorporado o externo.
- Sinfín: alimenta pellets al quemador en porciones según sea necesario, impulsado por una caja de engranajes.
- El ventilador es necesario para mantener el proceso de combustión, ya que el diseño de la caldera no prevé un tiro natural.
Dado que la caldera de pellets es un sistema automatizado, su dispositivo también incluye una unidad de control con una pantalla, que muestra información sobre el estado actual, y a través de ella se configuran los principales parámetros de funcionamiento.
El controlador regula el encendido del quemador, el suministro de pellet y aire, se detiene, a medida que se alcanza la temperatura requerida, manteniendo el modo de calefacción seleccionado por el propietario.
