Recientemente planeé mi primer viaje a La Habana, Cuba, y surgieron muchas cosas para las que me hubiera gustado estar más preparada. Si está pensando en viajar a Cuba, o ya está preparado para hacerlo, mi artículo ofrece algunas palabras de sabiduría con la esperanza de que su viaje sea lo más tranquilo posible.
Los viajes nunca salen como se espera -un vuelo retrasado por aquí, una maleta perdida por allá-, las cosas suceden, y no puedes prepararte para todo. Sin embargo, puedes prepararte para algunas cosas. Espero que mi experiencia en La Habana pueda ilustrar algunas consecuencias imprevistas de viajar a un país que es, a falta de una palabra mejor, complicado. Así que aquí están mis ocho consejos para viajar a Cuba y qué hacer en la Habana:
Número Uno. Tarjeta de turista cubana (Visa)
Lo más probable es que usted sea un ciudadano de un país que necesita una Tarjeta de Turista Cubana (Visa), la cual es válida por treinta días y puede ser extendida mientras usted está allí. A menos que usted sea de origen cubano, o ciudadano cubano, Cuba requiere esta tarjeta de visado (rosa) para entrar en el país.
La mayoría de las compañías aéreas te facilitan el visado al facturar tu vuelo. Yo viajé con Jet Blue para volar a Cuba y Jet Blue cobra 50 dólares por el visado además del coste del billete de avión. Asegúrate de consultarlo con la aerolínea antes de ir al aeropuerto, ya que te exigen algo más que tu billete de avión al llegar a Cuba. Si no desea utilizar su aerolínea, o ésta no se lo proporciona, también puede comprar su visado aquí.
Si opta por comprar el visado por adelantado, entregue el visado a la aerolínea al facturar. No olvide hacerlo, ya que registrarán el número de visado con su billete de avión. Es la prueba de que tienes un billete de avión de ida y vuelta para la aduana cubana.
Seguro de viaje
Para entrar en el país, se necesita la tarjeta de turista cubana, el visado de apoyo al pueblo cubano (que se obtiene con el billete de avión) y se necesita un seguro médico de viaje. Esto, para la mayoría de las aerolíneas, también está cubierto en la tarifa aérea. Su tarjeta de embarque será la prueba de su seguro. Jet Blue, por ejemplo, estampa en su tarjeta de embarque un sello de seguro médico aprobado. Todo lo que tiene que hacer es mantener su tarjeta de embarque segura y con usted mientras está en Cuba. Si ocurre algún imprevisto en su viaje y acaba necesitando ir a un hospital, su tarjeta de embarque será su seguro.
Asegúrese de comprobar con su compañía aérea que su billete es su seguro. Ten en cuenta que tu tarjeta de seguro médico real, sea del país que sea, no sirve para nada allí.
No deje de frecuentar los paladares
Al igual que las casas particulares han revolucionado el panorama hotelero de La Habana, los «paladares» o restaurantes privados han transformado la cultura gastronómica. Mientras que hace unos años actividades capitalistas como la venta de cacahuetes en la calle era un delito castigado con una multa y posibles penas de cárcel, hoy la cultura gastronómica cubana está experimentando un renacimiento.
Traiga productos cubanos
Los mejores productos para comprar en Cuba son el tabaco, el magnífico ron, la miel (sí, la miel) y el arte original. El café también es una buena compra a 20 dólares por una tonelada de café muy bueno.
En septiembre de 2020 la administración Trump prohibió a los ciudadanos estadounidenses importar tabaco y ron de Cuba para uso personal. Se espera que la nueva administración estadounidense revierta esa orden, pero se mantiene a partir de esta actualización. Compruebe antes de ir para saber cuánto puede traer de vuelta.
Tenga paciencia con las comunicaciones
Las cosas no siempre funcionan como uno espera en su viaje a Cuba. El servicio de atención al cliente es deficiente. El Wi-Fi y la conectividad son caros y lentos cuando se pueden conseguir, lo que no es muy frecuente. Las oficinas del gobierno abren y cierran en horarios irregulares o no abren en absoluto. Los empleados no contestan al teléfono, a menudo dan información engañosa o contradictoria y pueden ser poco serviciales o indiferentes.